Eran dos “reyes” de
la zona Oeste. Uno el dueño de una peluquería donde se celebraban
curiosos dj sets domingueros promocionados en flyers con letras rojas
fuego, que tenían un diseño similar a las de ciertos nombres del
heavy metal, y el otro conocido como el diseñador de flyers posta de
la zona, que copiaba las letras de un conocido club del centro de
Capital, en la mayoría de sus diseños a los logos de artistas que
iba captando, ya sea por conocidos, ya sea por Facebook. Este
diseñador cerraba un combo de 500p por logo más dos portadas medio
macabreras, que resultaban del gusto de muchos djs principiantes
desorientados, tentándolos por inbox de que “si yo te hago el logo
te consigo una fecha”. Esa tocada prometida valía casi lo mismo
que el logo que cobraba pero...
Pero el dj set no se
trataba de tocar en un club para el incauto dj, sino que se trataba
de tocar tres horas en la peluquería de Moreno de su partner amigo,
de dudosas instalaciones y de fantasmales personajes de la noche
conurbana. De viáticos de Capital a la concha de la lora ni hablar
al pobre muchacho que ponía toda la carne al asador en las
compacteras con falta de mantenimiento por parte de su dueño o de
ese recinto.
Pero más notable aún,
es que el socio de las andanzas de este diseñador resultó ser el
impulsador de filmaciones caseras con una cámara (que no era GoPro),
a los djs locales y no tanto, fijando un precio-ofertón similar al
ofrecido en el gig peluquero: 500p. Incentivaba a los nenes de pecho
prometiéndoles que esas filmaciones caseras iban a resultar un
empujón virtual en su carrera al ser colgadas en Youtube bajo el
nombre del evento de aquella peluquería barrial que pretendía
publicitarse como Salón de Estética.
El DG que inició su fama
de Mesías del under del Oeste en dicha pelu, pronto comenzó a
promocionarse como organizador de fiestas. Y que mejor ocasión que
su cumple! Esta celebración se festejó a todo trapo en un gran club
de la zona, difundido por videos modestos del celu del cumpleañero
en Facebook, mostrando de como se re-ponía la fiestonga al son de
meneos de colas de carnes abundantes apretadas por calzas brillantes
bailando agitadamente un techno palero grasa de estruendosas vocales,
rostros sospechosos que podían ser de proxenetas, dueños de casas
de juego clandestinas, dealers de Mitsubishis y de sustancias de
precio mas barato por ser adquiridas en la villa cercana a la
localidad y que en C.A.B.A resultan mas caras. El gran detalle es que
los mencionados videos tuvieron pocos likes.
Pero si hacemos un
colorín colorado a este cuento que se ha acabado, la fama del DG no
trascendió los límites de la provincia, y se mudó (no sabemos aún
porque) a otra localidad un poquito más cercana a la Capi, tras la
muerte súbita de su socio peluquero y videasta de djs.Y ya sabemos
que todo lo súbito tiene origen en algo que lo sube de golpe. O que
lo baja.
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