No era la Nara. Solo era
Zaira. Ex-model, de cierta particular belleza en sus tiempos mozos, y
extremadamente delgada, comenzó sus pasos de chica dj noviando con
un dj de poca monta, que no se sabe si aun sigue siendo dj. Al mismo
tiempo, comenzó su carrera de semi yunkie empolvándose la nariz a
grandes bocanadas. Pero apenas comenzo a tener ciertos desacuerdos
con su noviecito aspirante a dj, se entregó a los brazos de otro dj
de un escalón mas, Obam, que en ocasiones warmupeaba en un histórico
y conocido miniclub de house, actualmente devenido en fotógrafo
amateur de señoritas. Pero los encantos de Zaira continuaron
cmpalagando a varios señores de la música electrónica.
Rápidamente subió de
posición al provocar una riña de gallos por su pollita entre el
otrora dj Obam y un productor de grueso calibre llamado “Gutzer”.
Su carrera comenzó a despegar astronómicamente tocando con djs
de nombre gordo y clubs de mas alto rango dentro de la escena
nacional. Hasta se atrevió a pretender exhudar sus encantos a un
fuerte resident de techno en nuestro querido y primer “Coco”, que
ha compartido cabina con Zaira.
Pero había un serio
inconveniente en la escalera musical de Zaira. Y era su dulce apego a
la sustancia amarga. No se sabe bien porque desapareció raudamente
de la escena local, pero ahora se la ve presuntamente rehabilitada
del mundo de la noche, promocionando en una de sus dos cuentas de
Facebook clases de yoga y apareciendo en una foto con profundas
ojeras y una forzada semisonrisa ofreciendo un libro de Sanacion
Profunda y diciendo: “Recomiendo! Alimentación a conciencia!
Lo unico que no puede
objetarse de esta muchacha es que mas alla de sus antiguas
pretensiones de ser una estrella fugaz de la noche, continuó su amor
por la música, diciendo “Music is the answer” en su supuesto
estudio con varios instrumentos midi.
Podia salvarse creando un
track o un EP que diera que hablar, pero en lugar de eso se la ve
stalkeando a un groso productor y haciendo trompita en un post
denominado “Studio Time!” con su piano de fondo y un cadavérico
rostro con señales de un tiempo agitado. El mismo piano quizas que
ha puesto en venta, y no ha rendido sus frutos porque no hemos visto
un solo track de Zaira en la web.
Una de sus frases
preferidas es “El cuerpo grita lo que la boca calla”; finalizando
con “La enfermedad no es mala, te avisa que te estas equivocando de
camino”. Pero para que no se note, postea una foto fuera de foco
mostrando su pancita de top blanco a los 14 y a continuación
agitando “Trance” a su foto de perfil, una desgarbada mujer de
musculosa negra y mirada perdida, escondida en un flequillo
despeinado.
Como tantas mujeres en el
mundo de la música, es un ejemplo mas de quizá una débil mujer de
buen corazon, que debio unir su agotada fuerza a sus encantos
femeninos porque su alma no era lo suficientemente fuerte para
convivir en un mundo desparejo, tan desparejo como su flequillo. Y ya
sabemos que lo parejo no existe en un mundo donde impera la ficción.
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