Erase
una vez una pseudoprincesita de veintitantos años, desconocida en el
mundo de la noche de la ciudad pero con buenas dotes de cabinera, que
aterrizó dentro de este pequeño mundillo de la nada. Se trata de
Gilda. Pero lejos de ser la finada cantante de cumbias, Gilda era una
devota de la música electrónica con un largo pasado como cabinera
principal de djs de su localidad de origen de zona sur. No se sabía
si le gustaba tanto por una cuestión cultural o estética, porque
cuando una amiga clubber que le convidó un tiki en un baño le
preguntó por djs productores que le gustaban, no supo que contestar.
La quiso zafar respondiéndole apasionadamente: me encanta el
groove!, palabra de moda de algunos flyers.
Poco
a poco su picante vocabulario, su cara vistosa, sus delgadas piernas
en ajustadísimos vestiditos negros, su mordaz humor y su peculiar
risa picaresca que se escuchaba desde varias mesas de donde yo estaba
sentada con mi chico en un bar afteroffice de San Isidro, fueron
conquistando a numerosos djs, algunos se hicieron amigos de su noche
y otros en las sábanas.
En
su corta carrera de aspirante a novia de dj se tropezó con un
extrovertido personaje de la noche porteña, conocido por su
deplorable comportamiento sexual entre las chicas por las sustancias
que asomaban a su nariz, según una insatisfecha amiga que lo
acompañó una vez tras salir juntos de Niceto Club.
Como
no lograba su objetivo pensó en convertirse en chica dj, pero este
camino iba a ser mucho mas complicado para ella. Entonces siguió
ajustándose sus tops negros que mostraban su pancita chata y sin
piercings.
Probó
suerte también en una breve incursión como presentadora de mujeres
djs en un video casero de Facebook que anduvo circulando un tiempo
atrás, pero su suerte cambió cuando vimos el video completo y
definitivo en Youtube de Superlab: su corta y fresca presentación se
había eliminado del video. No sabemos si no alcanzaban los minutos de
filmación o si el equipo decidió que una presentadora no era
necesario.
También
probó notoriedad robando ángulos de cámara al entrar un par de
veces a la cabina de una conocida mujer dj (bastante más madura que
Gilda, una especie de Tura Satana con Botox y discos), en otro video
de Youtube de una fiesta techno, a buscar algo que podría adivinarse
ser su cartera o su celular.
Pero
queremos que este cuento tenga un final feliz. Y podría decirse que
lo tuvo: Gilda consiguió “novio” dj. Y como toda “novia” dj,
lo acompañaba a todos lados, a sus fiestas, a sus lobbys sociales, a
sus reuniones de amigos de after. Se le veia cara de cansada en estas
salidas, porque hacer de primera dama de un dj es un trabajo social
que requiere de mucho esfuerzo también. Pero hacer de primera dama
tercermundista copeteada local a las 6 AM traia incorporada la
vulgaridad de trasmitir sus deseos sexuales a los gritos a pesar del
volumen de la música que bailaba con mis amigos, que también la
conocían: “ahora quiero fasito y patita al hombro” se le escuchó
una vez gritarle a un interlocutor amigo de su dj al lado de la
cabina.
Lo
que Gilda no sabía es que su flamante novio dj era un muchacho
conocido entre ciertas chicas por cambiar de “novias” cada dos o
tres meses. Y eso que el chico no es muy lindo, pero todas sabemos
que un dj feo con buena sonrisa y muy simpático se puede convertir
en el principe de cualquier Cenicienta que perdió su zapato de
plataforma traqueteado en una fiesta. Una vieja sentencia que también
se aplica a las estrellas de rock en un viejo tema de Los Redondos:
“las minitas aman los payasos y la pasta del campeón”.
Pero
la pobre Cenicienta casi tuvo que convertir el auto de su novio en
calabaza cuando este se cansó de la numero 23 en el año. Pero no.
Soporta estoicamente a oídos sordos y “ojos que no ven corazón
que no siente” los pequeños deslices de su dj. Ha aumentado
algunos pocos kilitos y ha cambiado sus osadas prendas por un look
más informal y sobrio haciendo empuñadura de su papel de novia fiel
y devota al palo, no sea cosa que deba perder su posición en el
pequeño mundillo mundano en el que participa y se aferra con uñas y
dientes, en el que ya tiene nuevos amigos de un supuesto escalón mas
de los que supuestamente tenía, entre ellos las novias de otros djs
de moda.
Y
como si no fuera poco, esta chica acentúa su imagen de niña sana,
de su casa y rehabilitada en un videito casero de Facebook cultivando
tomates.
Como
todo noviazgo llega a su fin tarde o temprano, después del futuro luto de
amor, Gilda volverá a calzarse sus botines de cabinera? Cosechará
otros nuevos djs en sus futuras amistades? O hara un curso para
convertirse en DJ GILDA?.
Gracias a mi colaborador amigo Sergi, otro "investigador" de la noche como yo pero que trabaja en vivo. Aplauso amigo!
ResponderEliminarmmmmmmm aunque le cambien los lugares a esa la conozcoooo. Esa se garcho a mi chico y a unos cuantos mas asi que no se haga la santaaaa
ResponderEliminar