viernes, 24 de junio de 2016

La modelo aspirante a clubber


Erase una vez una princesita de veinte, que aterrizó en tierras porteñas desde su Mesopotamia dulce para estudiar modelaje. Francisca se llama como su madre (que también fue una bella joven con su carrera de modelo frustrada por casarse en primerísimas nupcias con un buen terrateniente).
Dada su escasa profundidad emocional y espiritual (ni hablar de cerebral), ella estaba segura de que con su sola belleza podía cautivar a hombres y hombrecillos para conseguir sin esfuerzo todo aquello que deseaba: free pass, tragos, drogas, taxis, cenas en restaurantes, etc, etc, etc.
Muchas veces le salía bien, otras no tanto: chupeteaba de los vasos de sus acompañantes del momento o alguno le compraba un pancho en un kiosko si esa noche no cenó.
Todo el dinero que sus progenitores le depositaban como cuota de hijita que aun era muy joven para querer trabajar, se la patinaba en rolas, roleros y otros derivados. 
Su pasado de sustancias no estaba exento. Tiempo atrás estuvo enrejada en Rehab y en su haber habita un mesopotámico exnovio dealer de alegría importada de la gran ciudad en el auto donde la traía en sus escapadas a Baires. 
Iba gratis a fiestas del underground donde la invitaba/llevaba algún amigo RRPP, se apuraba para llegar antes de la hora de corte de la lista o conseguía algún ticket caído del cielo.  Pero a veces ese cielo podía transformarse en infierno. Un ejemplo podía ser caer en un sitio plagado de beats comerciales o de ignotos djs de dudosa música y un flyer de pésimo gusto. Porque la princesita no sabia nada de djs, productores y demás. No le importaba la calidad: solo bailar sin parar, pegar chicos lindos o pegársela tan duro como para terminar en un after de Lomas de Zamora. Siempre se las terminaba arreglando porque alguien la llevaba o la traía en auto sin pagar un solo peso. A todos los llamaba "amigos".
Si uno le preguntaba el porqué tanto desenfreno ella simplemente contestaba:
- Porque allá no hay nada de todo esto, olvidate! (refiriéndose a su pueblo de origen).
No se caracterizaba precisamente por su onda o dulzura. No tenia amigas. Solo nuevos y mas nuevos amigos varones a medida que se cansaban de sus desplantes, su malhumor cuando las cosas no le salían como esperaba a cortisimo plazo, o simplemente cuando ni siquiera le decía gracias al amigo del amigo con billetera vacia que le terminaba comprando su trago preferido: vodka con speed. Por supuesto que no le interesaba si le ponían Moskovita que corriera en sus entrañas.  
- Es que me chupa un huevo - era la frase de su rosario de cabecera. 
Mientras sigue proclamando que ella en realidad quiere un novio "en serio", la seriedad de sus chongos de turno se pregunta: Donde encontrará próxima pista Francisquita? En el suelo de una fiesta masiva de Smiles vencidas? En brazos de algún Superman extranjero a quien desplumar? O como Blancanieves con 7 Minions enanos bailando en sus jóvenes neuronas? Llegará a las grandes pasarelas con su escasa altura en plataformas tridimensionales? La veremos en un afiche de Selú en alguna lencería del Microcentro? O simplemente tendrá  q enviar selfies y videitos en ropa interior a los pibes para continuar recibiendo free pass cuando su manijera vida apague su belleza? 

domingo, 12 de junio de 2016

Sho amo el house



Sho amo el house papu, le escuché decir a un dj en el patio de un conocido miniclub de donde era residente, mientras mostraba un tattoo en el brazo a su amigo donde aparecia una casa roja.
El chico me pareció algo atractivo y alto chamuyador cuando se acercó a hablarme a mi y a mi amiga, y pronto me enteré de curiosos detalles cuando empecé a curiosear su trayectoria cuando quise saber quien era y de que se trataba.
Comenzó sus aspiraciones de alto dj en la dj-school del bar donde lo conoci, donde se convirtió en amigo del dueño del bar, lo que explicaba su residencia, y tan amigo tan amigo se hizo que se hizo profe ayudante de esta escuela.
Me resultó extraño el título de profe dada su técnica que era algo peculiar: escuché un par de veces un leve zapateo en las compacteras del bar donde tocaba, mientras mezclaba el tan mentado y conocido house fiestero de la old school, algo monótono y aburrido, con menos vuelo que un avioncito de papel. Mis amigos no bailaban y yo tampoco. Cuando volvimos al mismo bar hace unos meses, vimos que hizo algo raro en la cabina intentando conectar equipos y se desconectó de golpe la música que estaba sonando de la dj anterior a su turno, momento en que nos fuimos a fumar al patio.
Este muchacho organizó varias fiestas en nombre del house en distintos locales, pero mis amigos me llevaron a una sola, en un conocido hostel palerminiano de donde huimos rápidamente cuando se armó una rosca entre el público, y el agitador de la misma a viva voz gritaba en la puerta: No vengo mas aca!, mientras lo estaban sacando a patadas.
Este mismo mentor del house me invitó a un evento dominguero al que llamó cultural y que el organizaba, en el bar donde lo conocí, y de cultural habían unos dudosos dibujos algo trasheros en sencillas láminas de papel colgando de las paredes, mientras un divertido fotografo punk de rulos se paseaba tirando disparos en curiosas tomas al son del old school, excelentes por cierto y mucho mas culturales que las obras que alli se exponían.
En este “cultural” evento me enteré por comentarios de djs amigos que fue el protagonista de una confusa pérdida de unos auriculares que otro artista le prestó en una ocasión tras haberse olvidado los suyos, que se fue de ese mismo bar un jueves junto a una famosa dj de techno y que escribia para pedir fechas por inbox hasta el cansancio bombardeando a promotores y organizadores del interior hasta que lograba pescar algun laburito muy de vez en cuando. Y entre un evento y otro, he visto numerosos post donde elogiaba intensamente a otras personas que imagino serían de su conveniencia profesional.
Y como todo dj necesita una chica atractiva al lado que cumpla su función de novia marketinera, su rubia publicitaria llegó para completar el clásico combo “dj-chica linda”, “músico-modelo”, “jugador-botinera”, “beisbolista-porrista”.

Donde terminará la carrera de este dj-profe revelación? Que ilusiones sembrará a los aspirantes a djs de nuevas generaciones en sus cursos al imaginarse que ellos podrian ser los futuros profes de esa misma escuela? Viva el house papu!.