martes, 27 de diciembre de 2016

Los reyes del under



Todo comenzó en un conocido miniclub housero de la capital porteña. Hace unos años los jueves ardían en su pista, con el éxito de su convocatoria. Pero la presión por la cantidad de “asistiré” que cumplan con lo prometido en el evento de facebook, ocasionó que poco a poco el ambiente migrara hacia la dureza y pibitos con mucho rock y poco dinero en los bolsillos como para pagar las birras y los tragos. Esta situación, sumada al no rentable trato comercial con el owner del lugar ocasionó que la tan preciada fiesta tuviera sucesivas mudanzas.
Pero como las segundas partes nunca fueron buenas, las terceras y las cuartas cambiando de lugar tampoco lo fueron. La falta de inversión, de numerosos concurrentes, de variedad musical al repetir incansablemente djs amigos del organizador principal en el line up, y del somos amigos y hacemos todo a pulmón trabajando gratis o por pocos morlacos fue estrujando poco a poco la calidad de estos encuentros nocturnos.
¨Pero estos buenos muchachos decidieron apostar fuerte, y lo que quedó de la sociedad de amigos quiso mandarse un cierre del año en una edición especial que pretendia ser una alta Navidad. Las esperanzas prometian de todo: dos pistas, entradas accesibles con consumisión y a romperla toda.

Pero varios factores desafortunados complicaron estas fuertes esperanzas con ciertos hechos que deparó la cruel realidad: la gente que paso la Nochebuena con parientes de la provincia, copeteada como para manejar hasta el barrio marginal donde se celebró la fiesta, la paja navideña de moverse sin taxis ni colectivos despues de las doce, la falta de convocatoria impulsada por los organizadores del evento y los dueños del lugar, el sonido roto de un parlante de una pista que ocasionó que huyera despavorida con mis amigos lamentándonos que no pudiera lucirse el sonido de aquellos discos que estaban girando cuando entramos, la falta de buenas marcas de cerveza que no impriman un dolor de cabeza al dia siguiente, el piso de vieja madera de pinotea que hacia vibrar las bandejas, los sonidos de cds de machacado house fiestero de la pista principal y la falta de comodidad de las instalaciones, sin siquiera un buen patiecito para fumar o refrescarse, atentaron notablemente contra nuestras ansias de una loca noche de Navidad, y que se nos borraran las sonrisas de las Smiles durante la caminata a Palermo, encendida de fogonazos de cohetes comprados a algun chino en el mercado negro de pirotecnia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario