Todo
comenzó en un conocido miniclub housero de la capital porteña. Hace
unos años los jueves ardían en su pista, con el éxito de su
convocatoria. Pero la presión por la cantidad de “asistiré” que
cumplan con lo prometido en el evento de facebook, ocasionó que poco
a poco el ambiente migrara hacia la dureza y pibitos con mucho rock y
poco dinero en los bolsillos como para pagar las birras y los tragos.
Esta situación, sumada al no rentable trato comercial con el owner
del lugar ocasionó que la tan preciada fiesta tuviera sucesivas
mudanzas.
Pero
como las segundas partes nunca fueron buenas, las terceras y las
cuartas cambiando de lugar tampoco lo fueron. La falta de inversión,
de numerosos concurrentes, de variedad musical al repetir
incansablemente djs amigos del organizador principal en el line up, y
del somos amigos y hacemos todo a pulmón trabajando gratis o por
pocos morlacos fue estrujando poco a poco la calidad de estos
encuentros nocturnos.
¨Pero
estos buenos muchachos decidieron apostar fuerte, y lo que quedó de
la sociedad de amigos quiso mandarse un cierre del año en una
edición especial que pretendia ser una alta Navidad. Las esperanzas
prometian de todo: dos pistas, entradas accesibles con consumisión y
a romperla toda.
Pero
varios factores desafortunados complicaron estas fuertes esperanzas
con ciertos hechos que deparó la cruel realidad: la gente que paso
la Nochebuena con parientes de la provincia, copeteada como para
manejar hasta el barrio marginal donde se celebró la fiesta, la paja
navideña de moverse sin taxis ni colectivos despues de las doce, la
falta de convocatoria impulsada por los organizadores del evento y
los dueños del lugar, el sonido roto de un parlante de una pista que
ocasionó que huyera despavorida con mis amigos lamentándonos que no
pudiera lucirse el sonido de aquellos discos que estaban girando
cuando entramos, la falta de buenas marcas de cerveza que no impriman
un dolor de cabeza al dia siguiente, el piso de vieja madera de
pinotea que hacia vibrar las bandejas, los sonidos de cds de
machacado house fiestero de la pista principal y la falta de
comodidad de las instalaciones, sin siquiera un buen patiecito para
fumar o refrescarse, atentaron notablemente contra nuestras ansias de
una loca noche de Navidad, y que se nos borraran las sonrisas de las
Smiles durante la caminata a Palermo, encendida de fogonazos de
cohetes comprados a algun chino en el mercado negro de pirotecnia.
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