domingo, 9 de octubre de 2016

Gilda


Erase una vez una pseudoprincesita de veintitantos años, desconocida en el mundo de la noche de la ciudad pero con buenas dotes de cabinera, que aterrizó dentro de este pequeño mundillo de la nada. Se trata de Gilda. Pero lejos de ser la finada cantante de cumbias, Gilda era una devota de la música electrónica con un largo pasado como cabinera principal de djs de su localidad de origen de zona sur. No se sabía si le gustaba tanto por una cuestión cultural o estética, porque cuando una amiga clubber que le convidó un tiki en un baño le preguntó por djs productores que le gustaban, no supo que contestar. La quiso zafar respondiéndole apasionadamente: me encanta el groove!, palabra de moda de algunos flyers.
Poco a poco su picante vocabulario, su cara vistosa, sus delgadas piernas en ajustadísimos vestiditos negros, su mordaz humor y su peculiar risa picaresca que se escuchaba desde varias mesas de donde yo estaba sentada con mi chico en un bar afteroffice de San Isidro, fueron conquistando a numerosos djs, algunos se hicieron amigos de su noche y otros en las sábanas.
En su corta carrera de aspirante a novia de dj se tropezó con un extrovertido personaje de la noche porteña, conocido por su deplorable comportamiento sexual entre las chicas por las sustancias que asomaban a su nariz, según una insatisfecha amiga que lo acompañó una vez tras salir juntos de Niceto Club.
Como no lograba su objetivo pensó en convertirse en chica dj, pero este camino iba a ser mucho mas complicado para ella. Entonces siguió ajustándose sus tops negros que mostraban su pancita chata y sin piercings.
Probó suerte también en una breve incursión como presentadora de mujeres djs en un video casero de Facebook que anduvo circulando un tiempo atrás, pero su suerte cambió cuando vimos el video completo y definitivo en Youtube de Superlab: su corta y fresca presentación se había eliminado del video. No sabemos si no alcanzaban los minutos de filmación o si el equipo decidió que una presentadora no era necesario.
También probó notoriedad robando ángulos de cámara al entrar un par de veces a la cabina de una conocida mujer dj (bastante más madura que Gilda, una especie de Tura Satana con Botox y discos), en otro video de Youtube de una fiesta techno, a buscar algo que podría adivinarse ser su cartera o su celular.
Pero queremos que este cuento tenga un final feliz. Y podría decirse que lo tuvo: Gilda consiguió “novio” dj. Y como toda “novia” dj, lo acompañaba a todos lados, a sus fiestas, a sus lobbys sociales, a sus reuniones de amigos de after. Se le veia cara de cansada en estas salidas, porque hacer de primera dama de un dj es un trabajo social que requiere de mucho esfuerzo también. Pero hacer de primera dama tercermundista copeteada local a las 6 AM traia incorporada la vulgaridad de trasmitir sus deseos sexuales a los gritos a pesar del volumen de la música que bailaba con mis amigos, que también la conocían: “ahora quiero fasito y patita al hombro” se le escuchó una vez gritarle a un interlocutor amigo de su dj al lado de la cabina.
Lo que Gilda no sabía es que su flamante novio dj era un muchacho conocido entre ciertas chicas por cambiar de “novias” cada dos o tres meses. Y eso que el chico no es muy lindo, pero todas sabemos que un dj feo con buena sonrisa y muy simpático se puede convertir en el principe de cualquier Cenicienta que perdió su zapato de plataforma traqueteado en una fiesta. Una vieja sentencia que también se aplica a las estrellas de rock en un viejo tema de Los Redondos: “las minitas aman los payasos y la pasta del campeón”.
Pero la pobre Cenicienta casi tuvo que convertir el auto de su novio en calabaza cuando este se cansó de la numero 23 en el año. Pero no. Soporta estoicamente a oídos sordos y “ojos que no ven corazón que no siente” los pequeños deslices de su dj. Ha aumentado algunos pocos kilitos y ha cambiado sus osadas prendas por un look más informal y sobrio haciendo empuñadura de su papel de novia fiel y devota al palo, no sea cosa que deba perder su posición en el pequeño mundillo mundano en el que participa y se aferra con uñas y dientes, en el que ya tiene nuevos amigos de un supuesto escalón mas de los que supuestamente tenía, entre ellos las novias de otros djs de moda.
Y como si no fuera poco, esta chica acentúa su imagen de niña sana, de su casa y rehabilitada en un videito casero de Facebook cultivando tomates.
Como todo noviazgo llega a su fin tarde o temprano, después del futuro luto de amor, Gilda volverá a calzarse sus botines de cabinera? Cosechará otros nuevos djs en sus futuras amistades? O hara un curso para convertirse en DJ GILDA?.