Podría ser el título de
una película para yankees teenagers. Pero no. Es un b2b de dos
sensuales mujeres djs. Una rubia. La otra morocha. Diferentes
orígenes. Diferentes estaturas. Una posee más dinero que la otra en
su cuenta bancaria. Pero tienen algo en común: su porte felino,
emblematizado por sus looks particulares y por su estética singular,
proclamando furiosamente una femeneidad bañada en erotismo. Así
como se habla de aquellas alhajas bañadas en oro. Pero que no son de
oro. El 24 quilates de estas dos puede observarse en numerosas
fotografías artísticas que utilizan para ofrecerse al mejor postor.
Perdón, al mejor promotor de fiestas: en una fotito se las puede
ver juntitas, agarraditas de gran bola espejo de bolichon, destilando
brillitos, enfundadas en vestidos cortos que dejan ver sus delgadas y
mágicas piernas con botas bucaneras, en otra foteli se las puede ver
jugando a las divas con ojos de rimmel negro de grueso grosor, una
con sombrerito negro gardelero y la otra de lentes negros redondos
con el signo de la paz tallado con strass.
A la rubia, que se define
como dj, vj y productora (?), la mitad rubia de Goldies In Decks,
casi licenciada y amante de la buena vida, le encantan los vinos
caros y por supuesto es la mas vistosa. Por haber nacido con ojos
claros y un cuerpo claramente entrenado, tiene varios candidatos en
stock, abrazando su perrito de peluche blanco (solo que este es de
verdad). Hasta llegó a postear una foto bañando el perrito, donde
se dejaba ver el nacimiento de sus tetas operadas para llegar a
pelotas Medium Size. Y si hablamos de pelota, a la chica le encantó
agarrar la número cinco para posar con la camiseta de Argentina que
apretaba a rajatabla sus senos proclamando: Vamos Argentina! Porrista
en mode on.
La morocha, no tan
agraciada en belleza como la rubia, pero si Licenciada recibida, se
apuntó a conseguir un solo candidato. Un simpático cincuentón,
owner de un sello discográfico y organizador de unas cuantas
festicholas electrónicas, quien en un resurgimiento juvenil digno de
un divorciado, se la llevó con el de minivacaciones a tocar en una
de nuestras veintitrés provincias. Es tan fanática de “Star
Wars”, que para algún Halloween raro (o quizá en algún pedido de
algún cliente en particular), posó con el casco de un Darth Vader
de cotillón, agitando hacia arriba su sable de luz rojo de plástico,
pero sin adoptar la capa que envolvía al Real Caballero Jedi, porque
esa capa tapaba su torneado físico envuelto en un apretado vestidito
negro, bien cortito para mostrar sus piernas engarzadas en medias
negras con estrellitas de la fantasía.
A ambas les gusta salir
de shopping, pues ganan bastante dinero con el oficio mas viejo del
mundo para ser gastado en primeras marcas. Si se trata de salir a
correr, la rubia proclama “A entrenar por una cola feliz”, y le
encanta el spa. A la morocha le encanta jugar con vinilos, puesto
que ha utilizado unos cuantos en el piso para sentarse arriba bien
maquillada y esbozando una sonrisa roja como si hubiera acabado de
tener un orgasmo.
Ambas femmes marketineras
no paran de viajar y facturar, con cientos de flyers por aquí y por
allá, porque son un combo perfecto para toda ocasión al ofrecer el
producto completo, un dos x uno inigualable: carne sin celulitis ni
estrías y largas uñas pintadas en los equipos. Nadie sabe aun si el
pecunio dinerario ganado de este dueto sexy en cada Playmate con
cabina se compone de tarifa mas fee o fee mas tarifa.
Pero aún no hemos
hablado de la música de Goldies In Decks!. La música? Bien,
gracias. Pero lo que sí sabemos es que estas féminas no poseen la
misma cualidad de las Chicas Superpoderosas, que nunca envejecen.
Este divertido descubrimiento se lo agradezco a mi genio amigo Chanox. Brindo x ti bombon!
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